Las ruedas motrices de un vehículo son aquellas que transmiten la fuerza, convirtiendo el par aplicado en la tracción o propulsión que ejercen los neumáticos sobre la calzada, haciendo que el vehículo se mueva. El sistema de propulsión entrega a las ruedas el par suficiente vencer la fuerza estacionaria, eso provoca que el vehículo se desplace hacia delante o hacia atrás.[1][2]
Lo más común en los vehículos es una tracción a las 2 ruedas o 2x2, en la que el movimiento se genera en el tren delantero o trasero únicamente. Aunque otros vehículos tienen una tracción integral a las cuatro ruedas, también llamada 4x4.
Las ruedas direccionales son aquellas que giran para modificar la trayectoria del vehículo. Las ruedas de rodadura no se consideran ruedas motrices ni direccionales. Los vehículos de tracción delantera, por ejemplo, suelen considerar sus ruedas traseras como «ruedas de rodadura».